miércoles, 6 de junio de 2012

Tarraco.

Ubicación: Tarraco es el nombre antiguo de la actual ciudad de Tarragona (Cataluña, España).
Durante el Imperio romano fue una de las principales ciudades de la Península Ibérica y capital de la provincia romana llamada Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis. El nombre completo de la ciudad en la época de la República Romana era Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco. En el año 2000, el conjunto arqueológico de Tarraco fue declarado patrimonio mundial de la UNESCO.

Origen: El término municipal era poblado en tiempos prerromanos por iberos que tuvieron contacto comercial con los griegos y fenicios que se establecieron en la costa. Las colonias ibéricas estaban presentes particularmente en el valle del Ebro. En el término municipal de Tarragona hay hallazgos de colonia desde el siglo V a. C. Durante los siglos siguientes Tarraco consituye una base de abastecimiento y campamento de invierno durante las guerras contra los celtíberos, igual que ocurrió durante la Segunda Guerra Púnica. 

Estructura del asentamiento: La ciudad estuvo desde sus inicios dividida en dos espacios: uno vinculado a las necesidades de la guarnición romana y otro de carácter residencial. A partir del siglo II estos dos núcleos se unieron dando lugar a un único centro urbano de unas 50 hectáreas. Entre los s. I y II el crecimiento de Tarraco es evidente, siendo en el s. III cuando se estanca, sin perder importancia política pero sí económica.
El área de las viviendas se organizó en las terrazas media e inferior siguiendo trazas ortogonales, aunque se sabe todavía poco sobre las dimensiones de las insulae, conjuntos de casas, y de las viviendas privadas. En la zona inferior se ubicaba el foro colonial, el teatro y, extramuros, el anfiteatro. En la terraza superior se ha podido documentar un conjunto público monumental formado por el área de culto, la plaza, el foro provincial y el circo. 

LA MURALLA
Es la edificación romana más antigua y mejor conservada. En un primer momento tenemos que imaginarla como una simple empalizada de madera que tenía que proteger la guarnición militar. La victoria romana sobre los cartagineses y la incorporación de Hispania al Estado romano aceleraron el proceso de consolidación de estas defensas. La construcción de la primera muralla de piedra está datada a inicios del siglo II a.C. y de ella se conservan tres torres: la del Arzobispo, la del Cabiscol y la torre de Minerva.
Parece ser que hacia los años 150-125 a.C. creció en extensión, altura y anchura. Así pasó a englobar en su interior el núcleo urbano y habría perdido ya parte de su carácter estrictamente defensivo. Construida con un zócalo de grandes piedras ciclópeas o megalíticas, la altura de la muralla aumentó hasta los 12 m. y su anchura pasó de 4,5 a 6 m. Ahora se conservan 1100 m. con 3 torres, una gran puerta adovelada, único acceso original conservado, y 5 portillos.

EL ANFITEATRO ROMANO

Escenario de combates de gladiadores, cacerías de animales salvajes y otros espectáculos, el anfiteatro de Tarraco, fechado a fines del siglo I o primera mitad del II a.C., tiene unas medidas totales de 109 por 86 metros, pudiendo albergar hasta 14.000 espectadores. Situado fuera del núcleo urbano, en una zona de pendiente lo que colaboraba a la consistencia de la construcción y facilitaba la acústica, se construyó anexo a la actual playa del Miracle y se conectaba con ésta a través de una bóveda subterránea.
Conserva su planta elíptica y buena parte del graderío original. Debajo de la arena se localizó un santuario de los gladiadores presidido por una pintura mural de la diosa Némesis, diosa a la que se encomendaban los gladiadores antes de empezar el espectáculo. Durante el mandato de Valeriano fueron quemados vivos en la arena en el año 259 el obispo crisitiano san Fructuoso y sus dos diáconos Augurio y Elogio. Este hecho motivó que, a finales del siglo VI, una vez abandonado el edificio, se levantara en su interior una basílica, cuyos restos se conservan dentro de la iglesia románica de la Mare de Déu del Miracle.
EL TEATRO ROMANO
Fue construido a finales del siglo I a.C., en una zona portuaria, cerca del foro local, aprovechando unas graderías ya existentes. El edificio dejó de funcionar en los últimos años del siglo II.
El teatro Romano de Tarraco conserva parcialmente los tres elementos estructurales esenciales que definen un teatro romano: cavea o graderío, orchestra y scaena. La parte mejor conservada es la orchestra, que permanece prácticamente íntegra. También es visible más de la mitad de la scaena con un podio decorado con nichos y exedras revestidas de mármol. Dada su importancia en la vida colectiva la parte posterior del escenario (scaenae frons) se monumentaliza y se decora mediante diversos elementos entre los que destacan diversas divinidades y miembros de la familia imperial. Detrás del podio se escondía el telón que se levantaba desde abajo. Al lado del teatro se construyó un gran espacio ajardinado.

EL CIRCO ROMANO

En la parte alta de la ciudad se construyó el circo, edificio dedicado al espectáculo que adquirió mayor popularidad. Construido bajo el reinado de Domiciano, a finales del siglo I después de Cristo, podía albergar alrededor de 23.000 espectadores. Medía 325 m. de largo por 115 de ancho. Se trata del circo más pequeño de los conservados en la península, pero también el más refinado en su estructura. Ello se explica por su importancia oficial y política, ya que se halla vinculado directamente al foro provincial de la ciudad, y no a las afueras, como es común en este tipo de monumentos. El circo era el lugar donde se desarrollaban espectáculos como las carreras de bigas y cuadrigas y otros espectáculos ecuestres de entretenimiento como exhibiciones acrobáticas.
Todavía se conservan del circo la parte de las gradas que se encuentran en una de las curvas y las monumentales puertas de acceso; el problema es que gran parte de él se encuentra ubicado en el interior del actual recinto urbano. El circo de Tarraco representa la fase final del proyecto flavio de reurbanización del sector nordeste de la ciudad. La existencia del recinto amurallado republicano, del complejo forense y del tramo urbano de la Vía Augusta determinó el aspecto formal del circo. Existen elementos suficientes para pensar que, al menos una parte del edificio, se utilizó para espectáculos hasta el primer cuarto del siglo VII d.C. La epigrafía nos ilustra sobre la vida de dos aurigas, Euthyches y Fuscus, enterrados en la ciudad.

EL FORO

El Foro Provincial de Tarraco estaba ubicado en la parte más alta de la ciudad y se estructuraba en torno a varios ámbitos: un recinto destinado al culto, en la terraza superior, y los espacios administrativos de la provincia, que ocupaban una terraza intermedia.
El recinto de culto oficial consistía en una plaza rectangular de 153 m. de longitud por 136 de ancho, circundada por un pórtico en tres de sus lados, presidido por un templo de culto imperial. El templo ocuparía el espacio central del pórtico norte y tendría una altura aproximada de 15 m. Hubo también templos dedicados a Minerva, Venus, Serapis, etc. de los que apenas se conserva nada.
La plaza de representación estaba situada en la terraza intermedia y era el punto desde donde se gestionaba la provincia. En ella se encontraban espacios tan importantes como el archivo provincial (tabulariun) y la caja del Estado (arca) donde se custodiaba la recaudación fiscal de todas las ciudades de la provincia. La plaza era un amplio espacio central ajardinado con pórticos en tres de sus lados, que era cruzada por una vía longitudinal, en donde se situaba una serie de estatuas dedicadas en su mayor parte a sacerdotes provinciales (flamines).

Dibujo de la ciudad.



Restos actuales:

Las Murallas: Los mejores restos de la época republicana.

El Foro provincial: El más grande de los recintos forales de la península.
El Circo: Uno de los circos romanos mejor conservados del mundo.
El Anfiteatro: Sus restos comparten solar con una iglesia visigoda y otra románica.
El Acueducto de las Ferreras:Uno de los mejores conservados de la Península.
La Torre de los Escipiones. Importante monumento funerario situado a las afueras de Tárraco.
La necrópolis: Se conservan construcciones funerarias tardorromanas y paleocristianas, formando el conjunto mejor conservado de la península. Hay resto de incineraciones, sarcófagos, inhumaciones, monumentos funerarios, muchos de ellos decorados con esculturas, mosaicos o pinturas.

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